Fuente Original: Revolución 3.0
En 2009, un estudio realizado por el Programa Universitario de Equidad de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reveló que 49% de las alumnas admitió haber sufrido algún tipo de hostigamiento; dos años antes, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), echó a andar el Programa Institucional de Gestión con Perspectiva de Género, Igualdad de Oportunidades y No Discriminación; sin embargo, hasta la fecha, no ha obtenido los resultados deseados.
En su informe de hace unos meses, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) apuntó que organismos de derechos humanos atendieron a 758 víctimas de violencia sexual. De ese total, 38% de las agresiones se dieron en centros escolares.
En entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO, la diputada federal Candelaria Ochoa Ávalos, de Movimiento Ciudadano (MC), declaró que entre 2009 y 2010, en la Universidad de Guadalajara, se realizó un diagnóstico sobre violencia de género en toda la red universitaria con lo que se confirmó que, efectivamente, hay prácticas de abuso, discriminación y hostigamiento hacia mujeres, la comunidad homosexual y maestras jóvenes.
Se identificaron comportamientos discriminatorios y sexistas recurrentes en contra de profesoras como: problemas laborales, dificultades de promoción, asignación de tareas rutinarias, dificultad de conciliar la vida familiar y la profesional, así como la falta de reconocimiento de la autoridad y competencia de las profesoras, en particular, de las más jóvenes.
Se detectó discriminación y acoso hacia alumnas por parte de profesores que se entrometían y hacían comentarios respecto a su forma de vestir y su vida personal; condicionamientos para recibir u obtener alguna calificación -tanto de personal académico como administrativo- así como la reiterada repetición de frases sexistas como: “tú nada más te vas a casar, no estés estudiando” o “ustedes no participen porque no hacen nada importante”.
También se pudo documentar discriminación de los propios estudiantes hacia sus compañeras, así como vigilancia y celos en relaciones de pareja.
El documento de la UNAM detalla que aunque existen 32 universidades autónomas locales, solo cuatro de ellas cuentan con protocolos diseñados para la atención del hostigamiento y abuso sexual.
Abuso y denuncia
En coordinación con Mirza Flores, también diputada de MC, Ochoa Ávalos presentó una Iniciativa para prevenir el acoso y la discriminación en instituciones de educación superior.
El texto propone que la Secretaría de Educación Pública (SEP) desarrolle mecanismos para integrar la igualdad de género en planteles de educación media, superior y de posgrado, pues a pesar de las cifras alarmantes y el reconocimiento de la problemática, no existe una estrategia preventiva ni mecanismos sancionadores para inhibir este tipo de comportamientos.
Candelaria Ochoa señaló que desde hace algunas semanas “se ha generado toda una campaña en redes sociales en donde las chicas están denunciando acoso y hostigamiento sexual en distintas universidades públicas y privadas, no hay diferencia”.
Recordó que estudiantes de la Universidad Iberoamericana incluso hicieron una página en internet para denunciar este tipo de abusos que también se han registrado en universidades de Guanajuato, Querétaro y Michoacán.
Las legisladoras proponen la instalación de observatorios de género y otras instancias de actuación inmediata, así como la instrumentación de políticas públicas que garanticen el derecho de las personas a una vida libre de violencia y de discriminación en sus relaciones laborales y estudiantiles.
“Las universidades sólo son el caleidoscopio de lo que pasa en la sociedad, porque hay otras esferas desde donde se nos educa de manera cotidiana; entonces, la igualdad no la aprendemos en la universidad, las prácticas de desigualdad las traemos desde la familia”, sostuvo la legisladora jalisciense.
Durante el periodo que Ochoa Ávalos estuvo al frente del Centro de Estudios de Género en la Universidad de Guadalajara –hace seis años- tuvo conocimiento de casos de discriminación como el de una chica a la que un maestro reprobaba permanentemente y sin aparente justificación, en el que, incluso, tuvo que intervenir la vicerrectoría.
“También supe del caso, en una prepa, en el que un joven que se creía guapo, generalmente jaloneaba a las chicas, las besaba a la fuerza, las intentaba tocar. A una de las chicas, incluso, la subieron en un auto a la fuerza, pero casos así no son denunciados, por lo que propuso que la escuela tuviera una instancia especial para la atención de los mismos”, detalló la diputada.
En agosto de 2011, la Universidad de Guadalajara creó una comisión especial para atender dicha problemática -misma que fue avalada por el consejo universitario-; sin embargo, tampoco ha tenido los resultados esperados, por lo que la legisladora confía en que, modificando la Ley de Educación Superior, las universidades garanticen condiciones de igualdad.
“Así como se aprende en la familia las prácticas de igualdad, es ahí donde se aprenden las de desigualdad; es ahí donde se empieza a maltratar a las mujeres en términos de considerarlas al servicio de los hombres. Como sociedad civil, tenemos una gran responsabilidad porque debiéramos tener conciencia de que tratar de manera diferente a las mujeres es contraproducente para toda la sociedad”, sostuvo la parlamentaria.